Páginas

miércoles, 23 de junio de 2010

VIEJA ADOLESCENCIA

Tal vez porque mi vida se ha construido por trozos de incertidumbre, o porque mi alma nació ya incrédula, pero no espero que sea verdad tu presunción de saber lo que me va a ocurrir o lo que nos va a suceder a todos en este sitio de porquería.

Por eso me tienen sin cuidado tus advertencias, tus teatrales alarmas puritanas, tus palabras que nacen de un rencor propio, tuyo, casi incompatible con el mío, por más que se parezcan.

Por eso tampoco espero que la vida venga de maravilla: así, cualquier cosas puede ser un gran regalo. Sólo espero que no pretendas darme lecciones morales, al cabo tú llevas más tiempo en éste mundo corrompido. Si no has hecho nada al respecto, eres su cómplice; y si has hecho algo, parece que no ha resultado, de modo que eres un fracaso.

FOTO: Dulces cigarros, Sally Mann.